Siete de cada diez consumidores denuncian que el tamaño de las letras de las etiquetas de los alimentos es ilegible
- CEACCU centra las actividades del Día del Consumidor en el etiquetado de los alimentos.
- El 80% de los consumidores leen las etiquetas siempre o casi siempre, el doble que hace diez años, según una encuesta realizada por la organización.
- Con el eslogan “A la etiqueta dale la vuelta” la organización ha puesto en marcha una campaña que pretende animar a leer la parte menos visible de los envases, donde se encuentra la información esencial.
Madrid, 14 de marzo de 2016.- La Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU) centrará las actividades del Día Mundial de los Derechos del Consumidor que se celebra mañana en el etiquetado de los alimentos. Por este motivo ha presentado un avance de datos de la encuesta que ha realizado para conocer los hábitos y principales críticas de los consumidores en relación con las etiquetas y que presentará a finales de mes. Estos son los principales resultados de este estudio:
¿Con qué frecuencia se leen las etiquetas?
Aumenta de manera importante el porcentaje de consumidores que leen de forma habitual las etiquetas: El 81% las leen “siempre” o “normalmente”, mientras que un estudio anterior de CEACCU recogía que solo lo hacían entonces (en 2007) el 37,6% de los consumidores.
- Los consumidores que no leen las etiquetas dan dos razones principales para ello: la letra “es demasiado pequeña”, y un conjunto de varias razones (“otros”), entre las que destaca el supuesto conocimiento previo del producto:
Razones para no leer las etiquetas
Motivos englobados en “otros”:
- Precisamente, en lo que no hay cambios es en la principal queja de los consumidores: la legibilidad de los rótulos. A siete de cada diez encuestados les parece insuficiente el tamaño de la letra de las etiquetas para poder leerlas fácilmente.
El tamaño de la letra de las etiquetas,
¿Le parece suficiente para leerlas fácilmente?
- Y también es esta la principal frustración respecto al nuevo Reglamento de etiquetado que está en vigor desde diciembre de 2014 y que prevé, para la información obligatoria de las etiquetas, un tamaño de solo 1,2 milímetros (equivalente a un cuerpo 4, es decir, la mitad del tamaño que exige la ley como mínimo a los prospectos de los medicamentos):
El 92% de los consumidores estima que, con este cambio, las etiquetas se leerán aún peor.
El nuevo Reglamento establece un nuevo tamaño de etiquetado (1,2 mm)
¿Cómo cree que afectará a la lectura por el consumidor?
- En cuanto a las mejoras que introduce el nuevo Reglamento, se valora especialmente la obligatoriedad de la información nutricional: el 73% considera que será o “muy útil” o “bastante útil”.
El nuevo Reglamento establece como obligatorio incluir la Tabla de información nutricional por 100 gramos. ¿le parece útil esta información?
- Respecto a otras novedades del Reglamento, la encuesta de CEACCU recoge el desconocimiento mayoritario de algunas de ellas, como la obligación de informar de los alérgenos en todos los alimentos (incluidos los vendidos al peso y los de restauración) y no solo de los envasados:
¿Sabe que será obligatorio informar de los alérgenos
en todos los alimentos y no solo de los envasados?
- Sin embargo los consumidores no coinciden por completo en la posibilidad que ofrece la nueva normativa de facilitar esta información de forma oral: a más de la mitad (el 52%) le parece insuficiente.
En el caso de los alimentos vendidos al peso, o consumidos
en bares y restaurantes, esta información se puede dar de manera verbal
y a petición del consumidor ¿Qué le parece?
- Las confusiones sobre el origen del alimento es otro de los asuntos que CEACCU viene denunciando y que el Reglamento actual no soluciona. Prácticas engañosas como la ubicación de empresas envasadoras en lugares vinculados con una determinada calidad, pero utilizando materias primas de otra procedencia sin ningún tipo de advertencia se podrá seguir haciendo.
Casi siete de cada diez consumidores estiman que esta confusión se produce:
¿Cree usted que se confunde a veces el origen del producto
con la ubicación de la empresa fabricante?
- Para evitar este tipo de engaños, CEACCU ha venido reclamando que cualquier indicación geográfica en la etiqueta (incluido el domicilio de la empresa) debería obligar a especificar el origen de la materia prima empleada para evitar este tipo de confusiones.
El 93% de los consumidores son de la misma opinión:
¿Usted cree que si no coincide el origen del producto
con la ubicación de la empresa debería indicarse claramente?
Red de monitores y monitoras Por otro lado, además de la realización de este estudio, CEACCU ha puesto en marcha una campaña de formación para promover la lectura de las etiquetas, enseñar a leerlas paso a paso y explicar cómo usar y para qué pueden servir las tablas de información nutricional. Para ello, ha creado una red de monitores y monitoras, a quienes ha formado en la nueva normativa de etiquetado, que han realizado más de cien charlas en todo el país. También se ha editado diferentes materiales divulgativos gratuitos y ha lanzado un especial web con contenidos interactivos. Uno de los objetivos de esta campaña es ayudar a los consumidores a distinguir entre la información esencial de las etiquetas y los ganchos que usan las empresas para animar a la compra. El lema de la campaña “¡A la etiqueta dale la vuelta!” pretende llamar la atención sobre la situación en los envases de los alimentos de estos datos esenciales para el consumidor: en la parte menos visible de los mismos. Por eso, un consejo esencial para estar bien informado sobre lo que comemos es buscar esos datos (denominación del producto, lista de ingredientes, fechas…) aunque aparezcan en la cara de atrás de los paquetes.
Cómo leer una etiqueta en cuatro pasos Entre otras recomendaciones, en su campaña CEACCU está ofreciendo las siguientes pautas para leer una etiqueta paso a paso:
1º. Prescinde de los elementos más llamativos de la etiqueta y busca y lee la información obligatoria: Los mensajes más visibles NO te aportan información fiable sobre EL TIPO DE ALIMENTO que compras. Da vueltas al envase hasta encontrar: la denominación (su nombre legal), los ingredientes, la fecha de consumo y el modo de conservación.
2º. Busca la “Tabla de Información Nutricional” por 100 gramos y observa las calorías, grasas, azúcar y sal que te aportará el producto, según la cantidad que vayas a consumir. Aunque en el frontal del envase veas unos gráficos sobre las calorías o nutrientes del producto “por ración”, te recomendamos que busques la TABLA DE INFORMACIÓN NUTRICIONAL por 100 gramos porque es más fiable. Suelen aparecer en un lateral o en la parte de atrás de los envases.
3º. Comprueba la veracidad de frases relativas a la salud o a las propiedades del alimento, si es que el producto las contiene. Valora si son relevantes o solo un gancho para encarecer el producto. Te recomendamos que NO las tengas muy en cuenta para decidir tu compra. Mejor, comprueba el verdadero carácter “saludable” del alimento en la Tabla de Información Nutricional.
4º. Decide tu compra de una manera informada. Piensa si el producto que has elegido debe ser de consumo habitual o moderado y si vale el precio que cuesta.