La nieve
La mezcla de nieve con el polvo del ambiente, el humo y la grasa del asfalto forman una masa deslizante perjudicial para los vehículos. Por otro lado, aunque la nieve sea virgen, las bajas temperaturas la endurecen, formando peligrosas placas de hielo.
Las placas de hielo
No te confíes, porque las placas de hielo pueden aparecer también en días anticiclónicos. Lo más peligroso es que éstas apenas se aprecian en el asfalto, por lo que tendrás que prestar atención. Toma nota: durante las últimas horas del día y el amanecer suelen formarse con más frecuencia, y sobre todo, bajo los puentes.
El viento
Deberás tener especial precaución con las rachas de viento, imprevisibles en la mayoría de los casos. Ante ellas lo mejor es moderar la velocidad y mantener una sujeción firme del volante.
5 claves para conducir con nieve
1 – Revisa la previsión meteorológica
Te ayudará a trazar la ruta con antelación y a equipar tu vehículo con todo lo necesario.
3 – Puesta a punto de tu coche
Comprueba que todos los líquidos del coche se encuentran en los niveles adecuados. No te olvides del anticongelante. Pon especial atención también en la dirección del coche y los frenos (discos y pastillas). Mantén en buen estado tus limpiaparabrisas para asegurarte que arrastrarán la nieve eficazmente.
4 – Cadenas para la nieve o neumáticos de invierno.
Las cadenas siempre en el maletero durante los meses de invierno. Aprende cómo ponerlas con antelación para evitar sorpresas de última hora. Si las cadenas de nieve metálicas te parecen muy complicadas, recurre a las de tela (más fáciles de poner y guardar).
5 – Conducción adecuada
Mueve el volante con suavidad, reduce la velocidad y circula siempre con marchas largas para evitar perder tracción. Usa las marchas como freno en vez del pedal. Recuerda además mantener la distancia de seguridad y evitar los volantazos.
Evita pisar las rodaduras que han hecho otros vehículos por delante, porque es en esos espacios donde más hielo se suele acumular.