4 de Junio de 2010.- Mertxe de Renobales, investigadora, Catedrática de Bioquímica en la UPV y recientemente galardonada con el VII Premio que entrega la Junta General del Principado-Sociedad Internacional de Bioética, por su estudio sobre «Alimentos transgénicos y alimentos ecológicos: aspectos bioéticos«, participó en el Congreso de Consumo: Alimentación Responsable que celebró FEACCU los días 26, 27 y 28 de Mayo y nos dejó estos «mitos» acerca de un tema tan controvertido como los alimentos transgénicos.
Mito 1.- Sólo los cultivos transgénicos tienen modificaciones en su genoma, pero no los cultivos convencionales.
FALSO: Durante milenios el ser humano ha modificado artificialmente los genes de las plantas de las que se alimenta (aunque no sabía que lo hacía) para mejorar, poco a poco, su productividad y sus características agronómicas. Al principio se utilizaban las mejores plantas para producir la semilla de la siguiente cosecha. Después, los agriculturores aprendieron a cruzar sus mejores plantas con algunos parientes silvestres para transferir gentes que protegieran la planta del ataque de insectos y microorganismos y mejoraran su calidad. Desde mediados del siglo XX se utilizan diveras técnicas (radiaciones, productos químicos) para producir mutaciones, algunas de las cuales tendrán efectos positivos sobre el cultivo. Estos efectos, después, se transmiten a otras variedades por cruzamientos.
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Mito 2.- Los alimentos transgénicos pueden causar problemas de salud
FALSO: Los alimentos GM actualmente disponibles en el mercado internacional han pasado las evaluaciones de riesgo y no es probable que presenten riesgos para la salud humana. No se han demostrado efectos negativos sobre la salud humana como resultado del consumo de estos alimentos por la poblacion general en los 13 años de cultivo y consumo en muchos países del mundo. La evaluación de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria es una de las más exigentes del mundo.
Mito 3.- La transferencia de genes por ingeniería genética es un fenómeno completamente nuevo que perturbará a los ecosistemas naturales.
FALSO: La transferencia de genes específicos por ingeniería genética es otra técnica más, la más reciente, para mejorar la producción agrícola. Hasta la fecha, ninguno de los nuevos rasgos creados en las plantas modificadas genéticamente ha transmitido ventajas selectivas a las especies convenciales emparentadas con ellas, y no han perturbado los ecosistemas naturales en los que se han estudiado
Mito 4.- La biotecnología se está utilizando de cualquier forma prestándose poca atención a los efectos medioambientales a largo plazo.
FALSO: Todos los métodos actuales de producción agrícola afectan al medioambiente a largo plazo. Sin embargo, a diferencia de otras prácticas tradicionales, la biotecnología tiene un gran potencial para aumentar la capacidad de producción de alimentos de forma sostenible en el futuro, sin aumentar la superficie cultivada, siempre después de que se hayan estudiado cuidadosamente los riesgos y que previamente se hayan tenido en cuenta otras alternaticas de producción. Cualquier planta transgénica (pero no las convencionales) que vaya a comercializarse se somete a una valoración científica del riesgo, incluyendo pruebas de campo durante años. Esta valoración la realizan los organismos reguladores y a menudo científicos independientes especializados.
Mito 5.- El uso del gen Bt en cultivos para protegerlos de los daños producidos por los insector, provocará la creación de «insector superresistentes»
FALSO: Como ocurre con los insectidias químicos tradicionales, la introducción de cultivos genéticamente modificados Bt puede ocasionar resistencias locales en las poblaciones de insector que se quieren eliminar. Para evitarlo, alrededor de los cultivos Bt se siembra una superficie del mismo cultivo que no es resistente a insectos, llamada «área de refugio». De este modo una parte de la población de insectos no tienen necesidad de acceder a los cultivos Bt y no muere. Además, al disminuir la necesidad de acceder al cultivo Bt, disminuye la probalidad de que aparezcan «insectos superresistentes»
Mito 6.- Los cultivos Bt dañan a los insectos beneficiosos.
FALSO: No existe evidencia de que el Bt afecte a los insectos beneficiosos, a pesar de utilizarse como insecticida en la agricultura convencional y ecológica desde hace unos 50 años. En estudios de campo se ha demostrado que el uso de cultivos Bt permite el aumento de los insectos beneficiosos si se les compara con los cultivos tratados con insecticidas químicos convencionales. Esto es debido a que las proteínas Bt han sido diseñadas únicamente para combatir plagas de insectos que se quieren eliminar.
Mito 7.- El uso de cultivos tolerantes a herbicidas es irresponsable. La eliminación de las malas hierbas romperá la cadena alimenticia y dañará a toda la vida salvaje.
FALSO: Uno de los objetivos de la agricultura es optimizar la eficacia de los recursos utilizados para cultivar plantas destinadas a satisfacer las necesidad de la humanidad. Un cultivo invadido de malas hierbas no es productivo. Además las malas hierbas pueden albergar plagas y patógenos que podrían contaminar la producción con productos tóxicos naturales. El uso de los cultivos tolerantes a herbicidas permite utilizar menos cantidad de herbicida y permite utilizar técnicas agronómicas de bajo laboreo, lo que reduce mucho la erosión del suelo. La solución más útil para la gente y la vida silvestre es optimizar, con un menor uso de herbicidas, la producción de las hectáreas cultivadas y dejar en reserva hábitats naturales en los que se pueda desarrollar la vida silvestre de forma sana y variada.
Mito 8.- Los cultivos tolerantes a un herbicida están instrínsecamente «mejor dotados» que los otros cultivos y serán incontrolables en los ecosistemas naturales.
FALSO: Las plantas tolerantes a un herbicida desarrolladas mediante ingeniería genética o mediante técnicas convencioales, no son especies exóticas liberadas en ecosistemas nuevos. Las especias exóticas liberadas en nichos ecológicos nuevos (muchas veces en jardinería) son difíciles de controlar por poseer decenas o millares de genes desconocidos en el nuevo ecosistema y con frecuencia terminan siendo invasivas. Por el contratio, las plantas tolerantes a un herbicida se han desarrollado introduciendo uno o dos genes con una función específica y un impacto ecológico predecible. La ventaja selectiva de las plantas tolerantes a un herbicida se limita exclusivamente al campo agrícola donde se aplica el herbicida específico. Si no se aplica este herbicida, estas plantas no aumentan su ventaja selectiva respecto a sus homólogas tradicionales ni tampoco aumentan su capacidad para convertirse en una mala hierba.
Mito 9.- El polen de los cultivos tolerantes a un herbicida se cruzará con el de malas hierbas emparentadas del campo creando «super malas hierbas»
FALSO: todas las plantas tolerantes a un herbicida, convencionales o transgénicas, pueden controlarse por los métodos tradicionales (laboreo y otros herbicidas). Cualquier mala hierba que adquiriese el rasgo de tolerancia al herbicida mediante cruzamiento externo sería únicamente resistente al herbicida específicos en cuestión y se podría controlar por métodos tradicionales.
Mito 10.- Los genes de resistencia a los antibióticos presentes en algunos cultivos biotecnológicos aumentarán la resistencia a antibióticos de los microorganismos patógenos.
FALSO: Todos los genes presentes en todos los alimentos de todo tipo se degradan a su paso por el sistema digestivo, po rlo que ninguno es asimilado por el organismo humano, ni siquiera por los microorganismos intestinales. No obstante, la Directiva Europea 2001/18 ( que entró en vigor en 2004) prohíbe expresamente la presencia en cultivos biotecnológicos y alimentos e ingredientes alimentarios derivados de estos cultivos de gentes que confieren resistencia a antibióticos utilizados en medicina y veterinaria.