28 de Abril de 2010.- El consumo de verduras es muy importante para seguir una dieta saludable ya que son una de las fuentes de fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes. Sin embargo, animar a los niños a consumirlas suele ser todo un reto. Ofrecemos algunas sugerencias para ayudar a los padres.
A los niños les gustan de forma innata los sabores dulces y no suelen gustarles los alimentos agrios o amargos. Pero las preferencias de los bebés también suelen estar influenciadas por lo que come la madre durante el embarazo y la lactancia. En un estudio realizado entre hijos de madres que habían consumido regularmente zumo de zanahorias durante todo el embarazo y la lactancia, se comprobó que estos ponían menos cara de disgusto al ingerir cereales con sabor a zanahoria en comparación con otros sin sabor añadido. Por consiguiente, si una mujer embarazada consume una dieta variada, rica en verduras, su hijo/a podría apreciar más sabores distintos que un niño únicamente expuesto a un número reducido de alimentos diferentes durante el embarazo y la lactancia.
Niños con Neofobia
La Neofobia es un término que se utiliza para describir la aversión de un niño a probar alimentos nuevos. A menudo, los padres se esfuerzan para que sus hijos prueben alimentos nuevos y se rinden con demasiada facilidad si el niño no se habitúa a su consumo. Ocasionalmente, los niños pueden reaccionar de forma negativa ante un alimento familiar, es el caso de los niños mal comedores, mientras que los selectivos combinan esta conducta con la neofobia. Este tipo de problemas suele ser más común entre los 2 y 6 años, disminuyendo en la edad adulta.
¿Qué pueden hacer los padres?
Los padres presentan un papel muy importante a la hora de promover y estimular el consumo de verduras entre los niños presentándoselas repetidamente, dando ejemplo y controlando el entorno alimentario. Un niño puede necesitar probar entre 10 y 15 veces un alimento nuevo antes de que se acostumbre a ello por lo que si los padres dejan de intentarlo tras unos pocos intentos, en general, no lograrán introducirlo en la alimentación del niño. No deben de forzar al niño a consumir grandes cantidades de nuevos alimentos, sno que deben alabarle cuando prueben pequeñas cantidades de uno de ellos. Tras hacer esto durante un tiempo, el niño de familiarizará con las nuevas verduras y tendrá más ganas de comerlas.
Dar ejemplo es un factor importante para motivar a los niños a comer verduras. Si los niños ven que un adulto está disfrutando probando nuevos alimentos, es más probable que los pruebe. Presentar la comida de una forma más atractiva, utilizando colores y formas hacen que los niños tengan más predisposición a probar nuevos alimentos. Otra opción adicional es servir el alimento crudo o cocinado siempre y cuando se tenga en cuenta la higiene. Además, implicar a los niños en la preparación de la comida, puede aumentar su deseo de probar nuevas verduras.
Las preferencias alimentarias de los niños se forjan desde una edad muy temprana y los padres pueden influir positivamente en ellas creando un ambiente organiado en torno a la conducta alimentaria. Presentar a los niños pequeñas cantidades de alimento nuevo de forma repetida, dar ejemplo de conductas alimentarias saludables, implicar a los niños en la preparación de las comidas, son ejemplos de cómo mejorar el ambiente alimentario infantil.
Fuente: * EUFIC