Juan José Badiola, presidente de la Agencia Aragonesa de Seguridad Alimentaria

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Juan José Badiola, en su condición de presidente de la Agencia Aragonesa de Seguridad Alimentaria, estuvo en nuestra sede para hablarnos de la situación de esta importante demanda social: la calidad en los alimentos que comemos. El catedrático e investigador de la Universidad de Zaragoza explicó que la cadena alimentaria ha mejorado mucho en calidad y seguridad. Considera que el consumidor tiene derecho a conocer y a que no le engañen.

BadiolaPregunta: ¿Qué labor desempeña la agencia que usted preside?

Respuesta: La Agencia Aragonesa de Seguridad Alimentaria tiene como una de sus obligaciones el determinar el riesgo, ayudar a todos los que producen alimentos en Aragón e informar a la Sociedad. Las asociaciones de consumidores son fundamentales en esto último, siendo uno de los demandantes y aliados más importantes en esta tarea. Es una de las labores más importantes.

P: ¿Qué papel juegan los derechos en el mundo del consumo?

R: Los derechos de los consumidores son sagrados. Si no hubiera consumidores esta sociedad se hundiría en términos económicos. Una de las actividades clave para disfrutar de un buen nivel económico es el consumo. Uno de los derechos fundamentales en una sociedad avanzada como la nuestra es la garantía a la hora de la compra, de que no le van a engañar o no le va a provocar un problema de salud o ser víctima de un fraude. Es muy importante reivindicar los derechos de los consumidores y que los que producen hagan las cosas bien.

P: ¿Se avanza en materia de seguridad alimentaria?

R: Efectivamente, a pesar de lo que parezca hemos avanzado bastante. Los productores y la Administración se han dado cuenta de que el consumidor quiere saber, se siente más seguro cuando la información que recibe es lo más amplia posible, lo más inteligible posible y lo más fiable posible. No quiere que se le engañe, quiere saber qué está comiendo, más en un mundo como el actual en el que la variedad de los alimentos que se le ofrecen en los lineales del supermercado es enorme. A veces no entendemos qué alimentos tenemos delante.

P: La gente desconfía

R: Esta complejidad y las crisis generan desconfianza. El consumidor quiere saber y el productor está obligado a explicarle de forma breve, clara, concisa y entendible, qué tiene ese alimento. Antes era un lenguaje más críptico, ahora la etiqueta dice más y más entendible. Hay que saber dónde se ha producido, si hay o no gluten,si es bueno para otras intolerancias, si se han utilizado organismos genéticamente modificados o no… esa es la cuestión, tienen derecho a saberlo.

P: ¿En qué se ha avanzado?

R: Se ha avanzado en la información y la historia del alimento, lo que técnicamente se denomina la trazabalidad o rastreabilidad. No se puede equiparar trazabilidad y seguridad, pero es una parte importante de la seguridad alimentaria. El sector primario, a partir de las crisis, ha mejorado de forma muy considerable. Hoy se cuidan las enfermedades transmisibles, las zoonosis están casi erradicadas. Antes se empleaban los medicamentos de forma indiscriminada, ahora hay leyes muy estrictas que limitan su uso. En esto hemos adelantado mucho.

P ¿Y la industria de transformación?

R: En el mundo de la industria las mejoras han sido espectaculares. La gente no se imagina el avance tan tremendo que ha temido la industria alimentaria, enormemente positivo. La automatización y robotización ha mejorado mucho los procesos, el nivel de higiene y limpieza. Es sorprendente en sentido muy favorable. Las grandes distribuidoras controlan la cadena y, en materia de seguridad alimentaria, realizan una gran labor. Lo que no quieren es verse implicados en un problema. Su nombre nunca debe estar vinculado en la mentalidad del consumidor a un problema de seguridad.

P: Pero a veces las empresas ponen en el mercado alimentos que no se demandan

R: Van por delante.Crean la demanda y la estimulan. Lo que hay que evitar el engaño: alimentos funcionales… Las normas son cada vez más estrictas y ellos lo saben. Hay una influencia americana para que el alimento sea alimento y medicamento. Si tienes colesterol elevado y tomando tal producto se reduce, se consume, ¿Qué pasa? Que te lo venden más caro.

P: Al final siempre se acaba hablando de la rentabilidad

R: Pese a que lo la gente cree, los alimentos de España tienen en muchos casos una rentabilidad muy baja en todos los niveles del proceso producción-distribución-venta. Comer vale lo que vale, hay que entenderlo. Producir alimentos cuesta dinero e igual que estamos dispuestosa pagar coches y vacaciones y otros bienes de consumo, hay que tenerlo en cuenta a la hora de alimentarnos.

P: Y en este mundo tan complejo de la seguridad alimentaria, ¿qué puesto ocupa la divulgación hacia los consumidores?

R: Como profesor e investigador, la divulgación es absolutamente esencial. Lo creo desde hace años. La sociedad desea saber cosas y que alguien que sepa más de algo les enseñe. Cada vez es más difícil de entender esta sociedad cada vez más compleja. La sociedad desea saber lo que le afectaa su vida personal. Si además soy de una universidad pública, sostenida con fondos de los ciudadanos, algo que conozco bien, tengo una obligación más que moral para extender el nivel de conocimiento a toda la ciudadanía.

Julio Alvira Banzo
Huesca, 31 marzo 2008